19 ago 2012

Historia: La nobleza negra. I

Tierra Quemada.

Eran tiempos cambiantes, Italia se había unificado, la logia masónica de los Carbonarios había usado las armas francesas y el oro de Inglaterra para tal empresa, desde 1820, Murat (cuñado de Napoleón Bonaparte) había usado su poder e influencia para que las logias masónicas de Francia le dieron apoyo para la causa de Italia, varios golpes fueron dados pero todos habían fracasado. Si bien Pio VI y Pio VII había terminado prisioneros a manos de Bonaparte, el Congreso Mundial de Viena había restablecido la Autoridad Papal sobre el cinturón de ciudades conocidos como los Estados Pontificios, si bien la Inglaterra Protestante cuna de la Masonería protesto contra esto, nada podía hacer ante lo pedido por Rusia y Austria pues temían que el anticlericalismo y el antimonarquismo se expandiera mas allá de Francia, había pues que reducir ambos elementos liberales y transmutarlo en elementos conservadores como paso en Inglaterra y Estados Unidos.

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Los Estados Pontificios existían desde el año 740 DC, el rey Franco, Pipino el Breve había ido en rescate de la Iglesia Cristiana contra las amenazas lombardas, Pipino expandió, gracias a la Iglesia, el Reino Franco hasta el norte de Italia por su parte la Iglesia reconocía a Pipino el Breve (hijo de Carlos Martel gran luchador franco contra el islam en la Península Ibérica) como rey ungido por Dios para el Reino de los Francos, a su vez Pipino entrega al Papa un documento jurídico que reconoce la autoridad temporal del Papado para un cinturón de ciudades llamados los Estados Pontificios, los cuales abarcaban las ciudades de Roma, Ravena, Boloña, Ferrara, Rimini, Pésaro, Fano, Senigallia y Ancona, lo que sería conocido como el Patrimonio de san Pedro.

Sin embargo tras mil años de poder temporal y con el auge del anticlericalismo jacobino que Napoleón exporto a España, Portugal e Italia, los Estados Pontificios estaban destinados a desaparecer.

Conspiración y Correspondencia.

En 1870 la ultima gran guerra europea se libraba, era Francia otrora República convertida en el II Imperio Napoleónico, adalid del liberalismo francés y la ideología revolucionaria contra la pequeña pero pujante nación de Prusia, un principado alemán dirigido por un eficiente líder militar, Otto Von Bismark, quien había vencido al Imperio Austriaco en 1866 en la Batalla de las 6 Semanas, Napoleón III sabia que la Unificación Alemana significaría un desbalance en contra de Francia que había provocado en todo el siglo XIX constantes dolores de cabeza para las Monarquías Europeas. Francia fue la que mas peleo y gano, al final fue la gran perdedora, en 1815 había sido totalmente humillada tras el colapso de Napoleón Bonaparte en Waterloo, el Imperio Ruso, el Reino de Inglaterra y el Imperio Austriaco salvaron Europa de la Revolución Francesa y de su hijo predilecto, mas no así de sus ideas.

En Italia la masonería trabaja por exportar los ideales liberales, la Logia Carbonaria inicio una programa de destrucción de los Estados Pontificios, se hacen reuniones, se intercambia correspondencia, la logia es abrazada desde Florencia hasta Roma, de Venecia hasta Sicilia, y sin embargo los Jesuitas descubren la Conspiración, le llevan las cartas al Papa Gregorio XVI, un total de más de 100 cartas, abarcan el periodo entre 1820-1846. ¿Qué buscaba pues la Logia Carbonaria? La destrucción de la Iglesia de Roma, de la “Babilonia” que se había instaurado como señora de Italia Meridional y se esa religión oscurantista, precursora de todo el mal en este mundo.

Podemos leer lo siguiente:

“Sólo la ambición los habría conducido a la apostasía y la necesidad del poder los forzaría a inmolarnos. Lo que debemos pedir, lo que debemos buscar y esperar como los judíos esperan el Mesías, es un papa según nuestras necesidades. Así marcharemos con más seguridad al asalto de la Iglesia que con los liberales de nuestros hermanos de Francia y el mismo oro de Inglaterra. ¿Queréis saber la razón? Es que con ello, para destrozar la roca sobre la que Dios construyó su Iglesia, ya no necesitamos el vinagre anibalino, ni la pólvora del cañón; ya no necesitamos ni siquiera nuestros brazos. Tenemos el dedo meñique del sucesor de Pedro comprometido en la conjura, y ese dedo vale en esta cruzada más que todos los Urbano II y todos los San Bernardo de la Cristiandad.”

Finalmente la decadencia militar del Imperio de Napoleón III fue demostrada cuando mando llamar a los Zuavos a la guerra contra Prusia, Víctor Manuel II inicio entonces por la vía diplomática la rendición de la Santa Sede a Su Santidad Pio IX, le pedía someterse cristianamente al Reino de Italia y aceptar que Roma seria la capital de este y su Santidad seria súbdito de la casa de Saboya. Para un grupo de romanos esto era inaceptable, Pio IX sin fuerzas, ni ejercito, ni apoyo, enfrento su destino como cristiano, Víctor Manuel entonces mando entrar a Roma y conquistarla de la manera más rápida y pacífica posible, Pio IX se negó y pidió al general Rafaelle Cardona (enviado para conquistar y someter Roma) se retirara de los Estados Pontificios, el Gral. Cardona inicio entonces un bombardeo de 3 horas a Roma, el Papa viendo que toda resistencia era inútil, decidió dejar de luchar el 20 de septiembre de 1870. Para humillación del Papa Pio IX, se llamo a un plebiscito, el pueblo romano aceptaba por amplia mayoría unirse al Reino de Italia (la mayoría de los romanos estaban temerosos de un nuevo ataque italiano esta vez con aliados a tropas prusianas) y aceptar como rey a Víctor Manuel II de la casa de Saboya.

El Papa Pio IX fue “amablemente” invitado por el rey Víctor Manuel II a ser indemnizado y ser así el capellán del rey de Italia, Pio IX se niega nuevamente, y para retar a Víctor Manuel II llama a un Concilio Ecuménico en el Vaticano, Víctor Manuel furioso por la demostración de egocentrismo y soberbia del Papa, manda que el Vaticano sea aislado totalmente del resto de Italia.

CONTINUARA…

Bibliografia:

  • La Iglesia Romana y la Revolución. Crétineau-Joly.
  • Chiesa e Stato in Italia negli ultimi cento anni. Arturo Carlo Jemolo.

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