17 ago 2012

Esjatologia: Apocalipsis. Parte I.

 

PROLOGO.

Tres son los sistemas principales para interpretar el Apocalipsis. El primero lo toma como historia contemporánea del autor, expuesta con colores apocalípticos. Esta interpretación quitaría a los anuncios de S. Juan toda su trascendencia profética y en consecuencia su valor espiritual para el creyente. La segunda teoría, llamada de recapitulación, busca en el libro de S. Juan las diversas fases de la historia eclesiástica, pasadas y futuras, o por lo menos de la historia primera de la Iglesia hasta los siglos IV y V, sin excluir el final de los tiempos. La tercera interpretación ve en el Apocalipsis exclusivamente un libro profético escatológico, como lo hicieron sus primeros comentadores e intérpretes, es decir S. Ireneo, S. Hipólito, S. Victorino, S. Gregorio Magno y, entre los posteriores modernos, Ribera, Cornelio a Lápide, Fillion, etc. Este concepto, que no excluye, como antes dijimos, la posibilidad de las alusiones y referencias a los acontecimientos históricos de los primeros tiempos de la Iglesia, se ha impuesto hoy sobre los demás, como que, al decir de Sickenberger, la profecía que Jesús revela a S. Juan "es una explanación de los conceptos principales del discurso escatológico de Jesús, llamado el pequeño Apocalipsis".

Debemos además tener presente que este sagrado vaticinio significa también una exhortación a estar firmes en la fe y gozosos en la esperanza, aspirando a los misterios de la felicidad prometida para las Bodas del Cordero. Sobre ellos dice S. Jerónimo: "el Apocalipsis de S. Juan contiene tantos misterios como palabras; y digo poco con esto, pues ningún elogio puede alcanzar el valor de este Libro, donde cada palabra de por sí abarca muchos sentidos".

Dedico esta pequeña aportación a mis hermanos cristianos de Fe Católica, para mayor entendimiento frente aquellas exegesis que erradas (y algunos casos heréticas) pudiesen causar algún problema con respecto a su Fe Cristiana.

El Hijo del Hombre. El Dios Eterno es Nuestro Señor Jesucristo.

Nos dice la Escritura:

Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto las tribulaciones, el Reino y la espera perseverante en Jesús, estaba exiliado en la isla de Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: «Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea». Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro. Su cabeza y sus cabellos tenían la blancura de la lana y de la nieve; sus ojos parecían llamas de fuego; sus pies, bronce fundido en el crisol; y su voz era como el estruendo de grandes cataratas. En su mano derecha tenía siete estrellas; de su boca salía una espada de doble filo; y su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza. Al ver esto, caí a sus pies, como muerto, pero él, tocándome con su mano derecha, me dijo: «No temas: yo soy el Primero y el Ultimo, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. Escribe lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá en el futuro.

Libro del Apocalipsis. I,9-19.

San Juan Apóstol, en la tribulación de la persecución esta en Patmos, una remota isla al noroeste de la Isla de Rodas en el mar Egeo. San Juan estaba tal vez exiliado como cuenta la Tradición, cuando el Señor decide arrebatarlo. Ahí se le presenta en toda Su Gloria y toda Su Divinidad.

  • Semejante a un Hijo de Hombre: Es el Mesías.
  • Revestida de larga túnica con faja de oro: Viste como Sumo Sacerdote.
  • Sus cabellos y cabeza tenían la blancura de la nieve: La pureza de su Santidad.
  • Ojos parecían llamas: Su Omnisapiencia.
  • Sus pies fundido en el crisol: Su Omnipresencia.
  • Su voz es el estruendo de grandes cataratas: Su voz se escucha poderosa y eterna.

San Juan cae muerto de miedo, es Su Señor, pero este le consuela. Le dice que es el Alfa y el Omega, el Primero y el Ultimo, el Dios Eterno que murió y ahora vive. Es pues el Señor Eterno que se presenta ante el amado discípulo para un ultima encomienda. Escribir lo que es y lo que viene para Su Iglesia. Aquella que funda en san Pedro y ahora sufría el martirio del Imperio Romano. Sin embargo guarda un misterio. Siete Iglesias.

Sabemos que el Señor funda Una Sola Iglesia. ¿Porque motivo el Divino Salvador escribiría siete advertencia a Siete Iglesias y no a la Iglesia en general? El misterio explicarían mas adelante exegetas como el Padre Castellani, se refiere a que esas siete Iglesias representan Siete Edades de la Iglesia del Señor en la Historia de la Salvación hasta el fin del mundo. De esta manera las siete Iglesias del Apocalipsis Éfeso, Esmirna, Pergamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea simbolizan esjatologicamente la Iglesia desde los Apóstoles hasta el fin del mundo.

Iglesia de Éfeso. La Edad Apostólica. (Siglo I)

Nos dice la Escritura:

Escribe al Ángel de la Iglesia de Éfeso: «El que tiene en su mano derecha las siete estrellas y camina en medio de los siete candelabros de oro, afirma: «Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos. Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo. Fíjate bien desde dónde has caído, conviértete y observa tu conducta anterior. Si no te arrepientes, vendré hacia ti y sacaré tu candelabro de su lugar preeminente. Sin embargo, tienes esto a tu favor: que detestas la conducta de los nicolaítas, lo mismo que yo». El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor, le daré de comer del árbol de la vida, que se encuentra en el Paraíso de Dios».

Libro del Apocalipsis. II,1-7.

Éfeso en griego significa Ímpetu. Pues bien, esta es la Iglesia del ímpetu Apostólico.

El Señor con esos ojos de fuego que todo lo sabe y todo lo ve da un dictamen de la Iglesia Apostólica. Conoce todo de ellos, sus obras, sus trabajos, su constancia y paciencia, ve como evitan las herejías y los falsos apóstoles. Es la época dorada del Imperio Romano, sus calzadas de mármol serán usadas para la Evangelización desde Judea hasta la Hispania, la Britania y la Galia hasta llegar al centro mismo del Imperio, Roma.

Sin embargo han perdido ese primer amor, que se enfría.

  • Es pues un reproche a san Pedro cayendo en la desgracia del movimiento judaizante.

En definitiva, son los errores humanos, las conductas impropias de los Apóstoles ante tal vez la falta de caridad hacia los conversos. Pues el celo por la Fe los consumía. Esta Edad tendrá un evento significativo:

  • La destrucción del Templo de Jerusalén.

Con el fin de la religión judía clásica y su posterior talmudizacion (y lo digo a falta de un termino mejor) de la misma, los caminos del Cristianismo y el Judaísmo se irán alejando dramáticamente. El primero será violentamente reprimido por el Imperio Romano y el segundo vivirá parasitariamente dentro de las provincias romanas.

La promesa de comer del árbol del paraíso es un símbolo de la Eucaristía. Aferrado a la Comunión y la Iglesia. El Cristianismo vivirá esta Edad con el ímpetu de los Apóstoles.

 

CONTINUARA…

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